
Desde hace un tiempo a esta parte la FIFA ha tenido una preocupación creciente por reforzar la protección de las jugadoras, particularmente en lo referido a la maternidad.
Entre las nuevas reglas que serán conocidas próximamente por su consejo directivo está la “baja de maternidad obligatoria de un mínimo de 14 semanas en las que se deberá mantener al menos dos tercios del salario establecido en el contrato de las jugadoras».
A su regreso al trabajo, los clubes afiliados deberán facilitar su reintegración de las jugadoras y proporcionarles apoyo médico y físico.
Con estas medidas, FIFA establece como un principio que ninguna jugadora debe sentirse perjudicada por quedar embarazada.
Estas políticas son coincidentes con el crecimiento que ha experimentado el fútbol femenino desde la reciente copa mundial celebrada en Francia el año pasado.
Son muchas las jugadoras que, en relación a su estado, ven disminuidas sus capacidades físicas, afectándolas en su rendimiento.
También se prohíbe que se incorporen en sus contratos cláusulas que limiten sus derechos.